domingo, 5 de mayo de 2019

Frase de Adriana Silvia Deza Psicologa Argentina

La frase que me identifica y siempre la utilizo es: Construir sentidos para cual
Mi trabajo es ese. Construir sentidos para cual.


Lic. en Psicología. Adriana Silvia Deza.

Caso Lara por La Psicologa Adriana Silvia Deza


Caso: Lara.    
Pre entrevista telefónica: luego de 6 llamadas a las que corto porque nadie responde, un sonido me obliga a detenerme por más de 3 minutos y no sin dificultad, la voz de una mujer tartamuda pide un turno.
Entrevista: La joven tiene 29 años, trigueña, cabello largo recogido, muy delgada y ojerosa. Intenta decirme para qué viene y de parte de quién.
La dificultad para hablar se intensifica y entonces, le ofrezco un vaso de agua y cuaderno con lapicera. Escribe.
El motivo de consulta: “deshacerse de su hermana”, librarse de ella, echarla de su casa. Hace un mes falleció su abuela con la que vivía desde los trece años y la soledad la indujo a pedirles a su hermana y sobrinos, que vinieran a instalarse en su vivienda.
Surgen conflictos familiares molestos y decide volver a separarse de su hermana.  Como ésta y  sus sobrinos estaban alquilando, Lara siente mucha culpa por esta decisión, dado que, no tienen dónde ir.


Durante 6 (seis) meses, las sesiones se vinculan casi completamente con la manera de echar a su hermana de la casa de su abuela. Lara comienza a hablar fluidamente, con algunas imperfecciones menores. Pasa de una posición sumisa a una provocadora (por ejemplo: estira las piernas y apoya los pies en una silla sin mi permiso, trae un termo y me convida con un mate que acepto, mientras le pido que baje los pies de la silla porque se ensucia. ¿Te parece justo cambiar un mate por lavar el almohadón? Ríe, “no, tiene razón” y retira sus pies.
Durante las siguientes sesiones ocurre algo con mi voz, cuando la paciente tartamudea yo también, no puedo hablar sin tartamudear. Aquí ocurre algo curioso. La paciente se ríe de la situación y habla fluidamente.
Observación: cuando superviso, preocupada por mi tartamudeo al tratarla me dicen que tengo con ella una transferencia excelente. He conseguido lo que se denomina disociación instrumental. Mi parte de analista está metida en Lara, la otra observa. Sé que parece extraño, pero este episodio me vuelve a ocurrir cuando atiendo extranjeros, rápidamente incorporo el acento, en otras palabras: puedo disociarme junto con el analizante. También puedo sentir un rechazo contratransferencial con otros, en cuyo caso, los derivo. Técnicamente no es necesario hacerlo, pero si este estado perdura en el tiempo, no me resulta agradable y siento que no provoco beneficios. Lo derivo. Es mi estilo. Cada terapeuta tiene el suyo.
Vuelvo a Lara.
Lara sostiene ante algunas preguntas, que su hermana se aprovechó de ella porque es la “mudita”. Aquí mudita aparece como objeto. Manifiesta no tener ningún problema físico y que la doctora le recomendó hacer terapia. Utilizo enunciaciones en forma de pregunta por lo general para intervenir al estilo de ¿descartarte alguna dificultad física que te impide arrancar para hablar? La palabra arrancar es muy utilizada durante la terapia por ella y consecuentemente por mí. La remite a significantes muy diversos que adquieren el semblante del arranque algunas veces como efecto y otras como motor.
Confieso que el tema de su tartamudez no era motivo de consulta de la paciente y mi propio fantasma hace que lleguemos a él. Hoy y a la distancia, podría haber trabajado la cuestión del objeto “mudita” desde otros significantes.
Su madre fallece cuando Lara tiene 4 años sufre de epilepsia y es muy golpeada por su padre. La mamá convulsionaba hasta que su papá para que parara, le pegaba y entonces ella aterrorizada, esperaba, que su mamá volviese a “arrancar”.  Cuando le pregunto por el padre se molesta conmigo y dice, el padre es “un borracho desde siempre”. Entonces, digo: ¿Tu mamá enferma y tu papá también? ¿Nunca se trató tu papá por su alcoholismo? Luego de este encuentro Lara restablece la relación con su padre y comienza a compartir con él, algunos libros; lo redescubre. Se entera por ejemplo, que lee historia egipcia y me relata contenta que ahora entiende el motivo de su fascinación por los egipcios. No vuelve a mencionar el tema bebida.
La paciente está tan caída del otro social, que el vínculo diferente con su padre construye una mínima red social de contención. Por eso, no enfatizo en la cuestión del arranque. En verdad, me inquieta un posible desencadenamiento y todavía no arribo a un Diagnóstico Diferencial.
La intervención sobre el padre, ayuda mucho. Su padre pasa de ser un “borracho” a un “enfermo”. En su necesidad afectiva Lara se reencuentra con él, desde otro lugar. Mamá enferma y papá también, ergo, no puedo castigarlos por ello.
Durante unos meses Lara comienza a leer además de libros de historia, novelas. Le facilito material conforme surge su deseo temático. Comienzo a llamarla no por su nombre sino, por el futuro título, entonces, Lara, decide terminar el secundario.  Adeuda 4 materias y las rinde bien. Es un momento de bienestar, conectada con el placer y su decisión de concretar un proyecto beneficioso para ella.
 Al rendir la primera materia, recibo un mensaje de texto “Estoy muda no puedo dar el examen” La llamo: “Seguro podés escribirlo”. “No quiero que sepan lo que me pasa, nadie sabeEscribí que te duele la garganta. Mucha gente cuando tiene faringitis se queda muda. A las 3 horas aproximadamente me llama “¡pude, pude!, ¡la di bien! Hablé”.
Lara muda el silencio doloroso de la espera incierta, por una voz, que aunque tartamuda, es voz al fin. Ningún docente podía, decirle algo al respecto. Lo sabía pero no podía decírselo.
Esta paciente necesita reconstruir no sólo el significado de su pasado sino el significado y el uso, de sus propios recursos. Así como parte de su soledad, cede al cambiar su sentido sobre el padre, su examen también, cuando piensa que existe otra manera, de hacerlo. Escribirlo.
Hasta aquí, ratifico mis dos hipótesis. 1) Deconstruir alcohólico por enfermo (adicto es un enfermo) y 2) Deconstruir voz por escritura. La tercera hipótesis está en epojé pero la palabra es “mudita”.
Observación: en la filosofía fenomenológica, epojé significa algo así como (suspensión del juicio); en tal sentido, la utilizo.
A esta altura me doy cuenta de que la tartamudez de Lara puede mejorar pero no, curarse, por lo menos conmigo, así que escribo en mi historia clínica: 4 hipótesis, Lara tiene que aceptarse como es, sin importar la opinión de los otros. Cuando escribo esta hipótesis reafirmo la identidad de Lara porque es lesbiana y sufre mucho, cuando le preguntan por qué no tiene novio. Su padre no sabe de su homosexualidad, no lo sabe su abuela, tampoco su hermana. Cree que nadie en su familia lo sabe. (En ese momento, en Argentina no existe la libertad que luego, aparecerá de la mano de otro gobierno progresista).
Luego de varias sesiones descubro que, no es su homosexualidad el motivo del nuevo alejamiento del hogar paterno sino la culpa por no aceptarse perdonando al padre.
Para ella, el alcoholismo del padre no justifica, lo que hasta ese momento es motivo prácticamente del asesinato de su madre. (Todos los recuerdos de ella, son vertidos por su abuela materna, Lara recuerda muy poco) Por eso, refuerzo las intervenciones para extraer de ella la culpa y aunque sea, una parte de la verdad de su historia familiar rastreada por ella y no, relatada por su abuela.
Lara como tantos padecientes, ha sido hablada por el dolor de otros y ella ha perdido contacto con su verdadero ser.
Develación de la 3º hipótesis: deconstrucción de “mudita” por “mudarse”.
Durante las sesiones aparece finalmente el origen de su tartamudeo. En el relato sobre su primera infancia. A los 6 (seis años) la cambian de escuela porque se mudan. Ella se siente triste, sin compañeras conocidas, en una nueva casa, barrio, en fin, todo el estrés que supone una mudanza, agrandado por su pequeña edad.
Resumo: la escena es la siguiente: Lara está en el aula con sus nuevos/as compañeras de escuela y la maestra comienza a tomar asistencia. Es su primer día de clase. A cada nombre y apellido de la lista, le sigue una respuesta o un gesto de levantar el brazo. Ella comienza a escuchar “presente”, “presente” y piensa aterrada, ninguno levanta el brazo, todos responden presente. En ese momento escucha “Lara X” quiere responder y no puede. Sus compañeros comienzan a burlarse de ella, con risas inapropiadas, vociferan: ¡la mudita! ¡La mudita! Lara convulsiona y se desmaya.
Narro puntualmente esta escena porque según lo trabajado durante su terapia, ella había quedado tartamuda, cuando su madre murió a causa de la golpiza de su padre. No fue así. Esta sesión marca un antes y un después en la veloz recuperación de Lara.
El caso llevó una psicoterapia de 4 (cuatro años), hubo tiempos de descanso propuestos por mí, por tanto, objetivamente podría decir: 3 (tres años).
El eje de la terapia es análisis pero direccional (se interviene en ocasiones con fortalecimiento de metas, directrices, emergentes del propio analizante).
El caso Lara tiene otras aristas, otras sesiones y otros momentos de regreso a la terapia con duraciones breves.  La cuestión es que, cada tanto, Lara regresa a contarme una meta realizada. Una de ellas, ha sido terminar la carrera universitaria y otra, casarse con una jovencita encantadora.
Ha logrado que su padre ayudara a que su hermana se mudara con sus hijos a una parte de su casa. Y todos mantienen una relación bastante armoniosa.
Es bastante habitual que en mi terapia incluya la ética y la solidaridad como manera de erradicar la culpa. Creo que además de ayudar a otros padecientes, (familiares de los analizados) los saco de ese lugar, que no me agrada, de ocuparse sólo de ellos mismos y liberarse de la culpa, desde un solipsismo a mi entender poco ético y poco pragmático.

Hasta aquí, habrán notado que quedaron muchos puntos en el tintero pero es un comienzo.
El próximo caso, tal vez, se trate también de Lara (es extenso) o de otro. Mi idea, es incorporar mi técnica en cada uno de ellos.
Ojalá encastre, y les resulte ameno.
Un saludo afectuoso, Adriana Silvia Deza.


Adriana Silvia Deza Psicologa Argentina



Daniela Abufhele Psicologa Chilena